Parinacota Ufo Arica

A través de la historia, se han reportado miles de avistamientos de fenómenos OVNIS, por todo el planeta. En Latinoamérica, las historias se multiplican cada vez más, se reportan, se investigan, destinan millonarios recursos económicos en la búsqueda de vida extraterrestre, y la ciencia reconoce que es estadísticamente posible. Todo el mundo está en alerta, vigilando los cielos, buscando sacar conclusiones: ¿Existe la vida en otras galaxias? ¿Estamos solos? ¿Nos visitan seres extraterrestres?. En la región de Arica y Parinacota de nuestro país han ocurrido eventos que generaron la creación de instancias gubernamentales dedicadas al estudio del fenómeno ovni financiadas con recursos fiscales. Asimismo, en esta zona se registra una de las experiencia de abducción más renombradas del mundo.

sábado, 10 de octubre de 2015

Incidente del Boeing 737 del Vuelo Lan Chile 045 con un F.A.N.I. el 01 de Junio de 1988.

(Extraido del libro Ufología Aeronáutica de Rodrigo Bravo Garrido - Juan Castillo Cornejo.)


Lugar : Aeropuerto el Tepual, Puerto Montt, Chile
Fecha : 01 de Junio de 1988
Hora : 20:10 Hora Local
Testigos : Tripulación, ATC Puerto Montt, Torre y Radar
Tipo de Aeronave : Boeing 737
Duración : 15 Minutos
Detección Radar : No
Tipo de caso : Cuarto Tipo
Fuente : CEFAA (Centro de Estudios de Fenómenos Aéreos Anómalos)







Descripción: Vuelo Lan Chile 045, con plan de vuelo Temuco – Puerto Montt, próximo a iniciar el descenso para una aproximación directa a la pista 20 del Aeropuerto, El Tepual, reporta tener un tráfico al frente, con rumbo contrario, lo que lo obliga a efectuar un brusco viraje para evitar una inminente colisión. Minutos antes, el objeto fue visto por el controlador de la torre del aeropuerto, estacionario 13, a unas 10 millas al norte del cabezal de la pista, para luego desplazarse a gran velocidad, hacia el norte en dirección contraria al vuelo 045, que venía en descenso desde el norte.
El fenómeno, fue descrito por los controladores como un objeto que exhibía destellos verdes y rojos, con una luz blanca muy potente al centro. La base parecía ser plana y de un diámetro aproximado de 60 metros. Las luces blancas eran fijas y las luces inferiores destellaban fuertemente.
La tripulación del Boeing 737, observó una gran luz blanca que, cambiaba de color rojo a verde y que se dirigía en dirección contraria al avión, estando en un ángulo de colisión, la que fue evitada gracias a un viraje escarpado hacia la izquierda, descrito por el piloto en la conversación radial con el controlador del radar y posteriormente con la torre del aeropuerto.
La transcripción de la grabación magnetofónica es la que a continuación se detalla:



Análisis Aeronáutico del caso: Dentro de los informes que tiene en sus archivos el CEFAA, respecto a Fenómenos Aéreos No Identificados, en interacción con vuelos regulares, este reporte constituye la evidencia más clara e impactante del peligro que pudo provocar el FANI . En él se muestra que, estas anomalías aéreas constituyen, en algunos casos, un potencial riesgo para las operaciones aerotransportadas. El vuelo Lan Chile 45, viajaba por una aerovía20 a nivel de vuelo21 210 (21.000 pies – 6400 mt.), y posteriormente es autorizado a descender para aproximarse al aeropuerto El Tepual. Esta actividad estaba supervisada por el Radar del Centro de Control de Puerto Montt, cuando el piloto consulta en primera instancia al controlador, y luego le informa que tiene un tráfico al frente de su trayectoria de vuelo. El controlador comunica por frecuencia que no tiene tráficos reportados, es decir, en la zona donde volaba el Lan 045, no existía actividad aérea autorizada o que se observara en la pantalla del radar, por lo que en el transcurso del incidente, el controlador consulta en tres oportunidades, si el piloto tiene a la vista el supuesto tráfico no identificado.
En una de las respuestas, el piloto informa que el objeto estuvo en ángulo de colisión con la aeronave, motivo por el cual deben realizar un viraje a la izquierda para evadirlo.
La afirmación de que el objeto estuvo en un ángulo de colisión con el avión, es comunicada por el piloto en siete oportunidades a las diferentes personas, con las que se comunicó por frecuencia aeronáutica, producto del incidente de vuelo, lo cual, muestra una clara señal del impacto que, esta eventualidad en la operación de vuelo, provocó en la tripulación. De hecho, en el diálogo que se tiene con una aeronave que volaba hacia el sur, vuelo Ladeco 070, el piloto testigo del fenómeno le indica a su colega textualmente: “Casi nos chocó una cosa acá”.
También el controlador de la Torre de Puerto Montt hace un paréntesis en la disciplina del tráfico radial, haciendo consultas al piloto acerca del objeto que también él observó, junto con el personal ahí presente, el cual lo describe textualmente como, una luz con resplandores verdes y rojizos, lo cual es confirmado por la tripulación, figurando también el objeto como resplandores rojos, verdes y una luz muy brillante al centro, el cual calculan que estuvo a 2 millas del avión aproximadamente (3200 metros).

Luego de diez minutos aproximados, de diálogos e intercambios de información entre la tripulación y los controladores, el Boeing 737 aterriza normalmente, finalizando así el vuelo, manteniendo el FANI a la vista hasta el tramo final de aproximación a la pista.
Según la Publicación de Información Aeronáutica (AIP) de Chile, un “Incidente de tránsito aéreo”, está definido como un suceso grave relacionado con tránsito aéreo, tal como una cuasi colisión, una dificultad grave causada por procedimientos defectuosos o el no respetar, la aplicación de los procedimientos aplicables, como también por una falla en las instalaciones y servicios terrestres del aeródromo en uso.

Estos incidentes, deben ser reportados por los pilotos una vez arribados, como así mismo por el personal de control de tránsito aéreo que los detecten y serán clasificados, según una topología establecida para tales efectos, como un incidente de aproximación, de procedimiento o de instalación.
Para informar alguno de estos incidentes, existe un formulario que debe llenarse una vez arribado el vuelo, como existe además un procedimiento estandarizado para la notificación radial de los hechos, siendo que claramente, en este reporte, no se siguieron tales disposiciones, ya que la complejidad, peligro y asombro que provoca el FANI, obliga a la totalidad del personal involucrado, a tomar medidas improvisadas, para mantener la seguridad de la operación.

Revisando el caso desde la perspectiva de la seguridad aeroespacial, en él se hace evidente que la interacción de un vuelo en desarrollo, con un Fenómeno Aéreo Anómalo, provoca una completa desatención en la operación normal de la aeronave, por parte de la tripulación.
En el caso del vuelo 045, desde el momento que empieza el contacto visual con el tráfico no identificado, el cual se acerca en sentido contrario, teniendo el avión que realizar un viraje para evitar colisionarlo, la tripulación entra en permanente contacto radial con el Radar de Puerto Montt, con la Torre de Control del Aeropuerto El Tepual y con otro tráfico comercial que, volaba hacia el Sur (Ladeco 070).

Estas comunicaciones radiales en todo momento las realiza el comandante de aeronave 22, lo cual indica que el avión, en el tramo final, fue pilotado por el copiloto o Primer Oficial de la aeronave, debido a que en los aviones que se operan con dos pilotos, el piloto que lleva las comunicaciones, no está volando la aeronave.

El punto a destacar en este análisis radica en que, dada la expectación que causó el incidente, la tripulación de vuelo mantuvo atención permanente en el FANI, con la factibilidad de una inminente colisión desde primer contacto visual con éste. Posterior a ello, el comandante de la aeronave siguió observando hacia el Oeste, es decir, hacia el Océano Pacífico, a donde el fenómeno se desplazó y se mantuvo hasta que, como literalmente señala, “se apagó”.
Este factor, sumado a la gran cantidad de enlaces radiales, permite detectar que, previo al aterrizaje, los procedimientos y listas de check fueron pasados y revisados con presiones externas importantes, lo que perfectamente, podría haber sido motivo de la omisión de algún procedimiento y por ende, desencadenar una situación de riesgo mayor.
Así mismo se puede percibir, gracias a este caso, el excelente entrenamiento de la tripulación y su elevada capacidad para el manejo de situaciones de crisis, ya que, en pleno desarrollo de una fase compleja del vuelo, como es la de una aproximación final en condiciones nocturnas, el enfrentar una cuasi colisión y darse cuenta que, lo que tenían delante, no era precisamente un avión, es un factor que desorienta a cualquier persona en su sano juicio.

También se refleja en el reporte, cómo este Fenómeno Aéreo Anómalo, provoca una desconcentración en el personal de Control del Tránsito Aéreo, lo cual pudo ser perjudicial para la operación de otros tráficos que se encontraran en el sector, de los cuales se desconocen mayores antecedentes, salvo el vuelo Ladeco 070 el que, desplazándose con rumbo Sur en el ascenso, inmediatamente después del despegue, tomó contacto radial con el Lan Chile 045, para recopilar mayores antecedentes del FANI observado y escuchado previo a su despegue, colaborando directamente con la congestión de la frecuencia de la Torre de Control de Puerto Montt.
Afortunadamente, el procedimiento de evasión que realizó el vuelo 045 fue el correcto, pese a que, por norma aeronáutica internacional, en el caso hipotético de que dos aeronaves se encontraran de frente en sentido contrario, el viraje de evasión debe efectuarse únicamente hacia la derecha de cada una de ellas. Pero en este caso, se pudo lograr evitar una colisión, sólo gracias, al viraje hacia la izquierda que realizó el avión, ya que el FANI siguió su curso de vuelo de manera recta y en ascenso.
De hecho, el controlador del radar, solicita que el Lan Chile 045 active su equipo transponder, con la designación 1215, para lo cual el piloto responde que se encontraba activado. Para interpretar este procedimiento, es necesario explicar que, el transponder23 es muy similar a un equipo de comunicaciones, el cual, al momento de recibir la señal enviada desde el radar, emite información acerca de la identificación de la aeronave, la cual, está en códigos numéricos designados por la autoridad aeronáutica, previo al desarrollo de un vuelo instrumental, entregando información de la altitud del avión, la cual, figura en la pantalla del radar, manteniendo de esa manera, al controlador con la máxima información posible, facilitando el ordenamiento del espacio aéreo, en beneficio de la seguridad entre los tráficos existentes.
Al momento de solicitar que el vuelo active su transponder, el controlador quiso verificar su identificación, considerando que el tráfico que casi lo colisiona, no se encontraba identificado, ya que, como se menciona en la comunicación, ni siquiera tenía presentación en la pantalla del radar, por lo tanto, resultaba muy difícil, que el Centro de Control, cooperara de alguna manera informando los cursos y altitudes del Fenómeno, haciendo doblemente compleja la situación y por ende, la labor de precaución por parte de los pilotos.

CONCLUSIÓN
En definitiva, y de acuerdo a lo señalado, tanto por la tripulación de vuelo, como por los controladores del Aeropuerto El Tepual, este objeto luminoso tenía varios colores, se desplazaba a velocidades irregulares y realizó maniobras, que no corresponderían a una aeronave convencional, sumado a que, pese a las dimensiones y características visibles, no tenía presentación en el radar de Puerto Montt, lo que fue confirmado por el Controlador del Centro en las comunicaciones radiales, lo cual permite clasificarlo como un Fenómeno Aéreo No Identificado, el cual explícitamente puso en riesgo la seguridad de un Boeing 737 en pleno vuelo, afortunadamente, no culminando la observación en un accidente o una tragedia aérea de grandes proporciones.




(Extraido del libro Ufología Aeronáutica de Rodrigo Bravo Garrido - Juan Castillo Cornejo.)